miércoles, 9 de marzo de 2016

A galopar, a galopar…

Escrito el 8 de marzo de 2016


Capitaneados por un concejal con ínfulas de César, algo que está fuera de lugar y contexto por hallarnos en la Era de la Comunicación, quiero decir, los que predican y abogan por conducirnos a la salvación, según ellos, a través de políticas y estrategias utilizadas mucho antes de los años de María Castaña e incluso de que fuera promulgada la Ley Hortensia allá por el año 287 a. C. , es decir, tratando de hacer una mala copia de lo llevado a cabo 465 a. C. por el dictador Quinto Hortensio, el mismo que hizo votar la ley que obligaba a todos los ciudadanos a acatar los plebiscitos —El plebiscito romano, en su origen, designaba a los jefes plebeyos, votaba normas de su interés (inviolabilidad de los tribunos, protección de las Asambleas, derecho de voto, etc.) y ejercía jurisdicción criminal sobre los plebeyos de las tribus—.  Desde entonces hasta ahora se han librado infinidad de batallas con la intención de encontrar el equilibrio entre la desigualdad y lo justo entre las personas y los países. Por aquel entonces las huestes se trasladaban en caballos, más tarde lo harían a lomos de vehículos motorizados por tierra, mar y aire. En la actualidad, en esta ciudad, la hueste que elogia y aplaude en público al concejal lo hace a través de Internet amparándose en el anonimato; unos, ocultando su identidad sin poner cara a su verdadero nombre; otros, creando perfiles falsos: para atacar y difamar a quienes consideran sus Patricios, es decir, al grupo que democráticamente obtuvo el mayor número de votos en las últimas Elecciones Municipales, es decir, los mismos que guardan la compostura sin ponerse al nivel de quienes les lanzan directamente a los pies de los caballos, pese a las incriminatorias falacias y los insultos que contra ellos/as vierten a través de sus comentarios y post's la caterva de incívicos e impresentables que dicen defender las libertades, el bienestar social,…, tal y como predican, megáfono en mano, a viva voz: sin ser conscientes de que su errónea actitud evidencia notoriamente la incoherencia con su estudiada y predicada verborrea, es decir, sin tener en cuenta que en esta vida todo tiene un precio y que a todo cerdo le llega su San Martín.

No hay comentarios:

Publicar un comentario